Cuanto frío, cuanto beso helado e insensible a la nostalgia,
silencio sordo que acalla los rumores del viento frío,
no hay llama, ni calor que derrita la escarcha de las palabras que cortan.
Llamarada de hielo azul que escupen dragones sin sangre.
Livida piel que se rompe al rozarla, desfragmentando la vida ya expirada.
Frío, cuanto frío...
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