No me siento, adormecida y anestesiada mi alma y mis sentidos; Encender el silencio es lo que quiero. Pensar.
Desenmarañar los hilos que entremezclan odios con sueños, penas con besos.
Ya no hay nadie aquí, ni tampoco hay dolor, ni lagrimas ni peso que llevar. Pero tampoco hay aire... Perdí mucho; gané tanto!.... pero cuánto?
Tengo que hacer un recuento y ponerlo en mi azarosa balanza, pero será mañana. Hoy sólo hay hastío en el amanecer de mi oscuridad.
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