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lunes, 9 de julio de 2012

Tuvimos un sueño

Aquella noche tuvimos un sueño.... mágico.
Aquellos dulces sueños que nos deseamos al despedirnos se cumplieron, tan dulces, tan azucarados que debimos embriagarnos antes de cerrar los ojos a la realidad.

Y en silencio, tras creernos solos ya, dormida la censura, supimos que en el fondo nos acompañábamos como ecos,
temerosos, impacientes;
pensaste que aquel segundo era decisivo para este papel que tanto habías anhelado jugar y me tendiste la mano...

¿por qué no?... podía ser... exprimir aquel momento, sacar el jugo a los sentidos puestos en él, sin percatarnos de nadie ni de nada más alrededor.

Y entonces nos sumergimos, cerramos los ojos a la realidad y los abrimos al alba de nuestros deseos, aquellos que tanto tiempo andaban rondandonos los silencios.
Mientras excitábamos los momentos compartidos con el perfume del aire, nos cruzábamos, nuestros cuerpos, nuestra mirada, allí donde nadie puede entrar, y desafiamos todas las barreras que la presencia pone y la distancia permite saltar.

Hacia mí tu pecado,
sacaste de su envase de cristal a la sabida tentación, fruto de las más recónditas semillas de placer que podían germinar en mí... ý con un extraño descaro me hiciste palpar la tentación que suponia tenernos tan lejos y tan cerca a la vez,... y mordiendo mi desnudez extasiaste mi alma.

Hacia tí mi sumisa levedad,
la que tantas veces te habia entregado con un suspiro, ese que acompañaba las caricias; la que que hoy se deleitaba en mis pupilas y no bajo las sábanas;
esa levedad que hoy susurraba escritas palabras prohibidas, regalandote en seis latidos el sueño del placer en la distancia.

Y con el pañuelo blanco del éxtasis, secamos el derroche de dulzura, de exquisita pasión y ardor contenido.
Enajenados en esta irrealidad tan anhelada.

(...)

Nunca llegamos a despertar de aquel sueño mágico escrito en este guión; las piezas de ese puzzle que aquel día conseguimos formar aún están ahí, andan desordenadas en el tiempo y en el espacio, flotando sobre nuestro dulce recuerdo.

Nunca despertamos; poco a poco fuimos sumergiéndonos de nuevo en la fría realidad, pero hemos seguido sintiendo siempre la calidez de aquel momento, sumido en una nebulosa, latente, onírico, subliminal,.... y cada vez que emerge lo callamos con una mirada silenciosa y una cómplice sonrisa...

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